En fin… a veces me pongo pesado conmigo mismo, y con mi profesión, lo sé, pero prometo no darle más vueltas.
Después de algunos años y siendo consciente que los tiempos cambian, y por tanto las personas, y por tanto las mentes, sé que este tema que vuelvo a darle vueltas quizás esté hasta desfasado, pero mis intenciones son más fuerte que mi silencio, y como esto del blog, lo bueno que tiene es que solo son pensamientos en voz alta, con un poco de suerte puede que sólo hable conmigo mismo, y eso significa que todavía estoy cuerdo, pues mi padre solía decir que: «Lo malo no es que uno hable consigo mismo, sino que un buen día…se responda».
Hasta que no llegue ese momento puedo estar tranquilo.
El tema es que le sigo dando vueltas a qué será de las artes escénicas y sus trabajadores el día de mañana.
¿Qué será de las artes escénicas y sus trabajadores el día de mañana?
En fin… a veces me pongo pesado conmigo mismo, y con mi profesión, lo sé, pero prometo no darle más vueltas.
Después de algunos años y siendo consciente que los tiempos cambian, y por tanto las personas, y por tanto las mentes, sé que este tema que vuelvo a darle vueltas quizás esté hasta desfasado, pero mis intenciones son más fuerte que mi silencio, y como esto del blog, lo bueno que tiene es que solo son pensamientos en voz alta, con un poco de suerte puede que sólo hable conmigo mismo, y eso significa que todavía estoy cuerdo, pues mi padre solía decir que: «Lo malo no es que uno hable consigo mismo, sino que un buen día…se responda».
Hasta que no llegue ese momento puedo estar tranquilo.
El tema es que le sigo dando vueltas a qué será de las artes escénicas y sus trabajadores el día de mañana.
Aunque muchos/as no lo crean no hace mucho en España uno/a podía vivir de su trabajo artístico en una compañía sin necesidad de estar en otros trabajo, o incluso en 2 o 3 compañías más. Es decir, hacías una audición, te eligen y por lo general no te escogían sólo para ese proyecto sino que te escogían para trabajar «en la compañía», y con un poco de suerte podían estar casi casi el tiempo que quisieras. Os puedo asegurar que si alguien rompía ese «contrato» (si,si…he dicho contrato), era el bailarín y no la compañía (esa es mi experiencia).
Para los/las que no hayan podido vivir eso…en España, repito…
Audición-entrada a la compañía-horarios de trabajo de 8 horas-proyectos y montajes-contrato y pago mensual-giras-nuevo proyecto-horario de trabajo de 8 horas-pago mensual-giras, etc, etc….hasta que tú rompieses ese contrato.
Y no…no era en un país Europeo super desarrollado, era en España, ese país Europeo en vía de desarrollo.
Os doy algunos nombres de compañías que puede ser os suene de algo ¡En serio… no son tan antiguas!
-Cia Metros de Ramón Oller (Barcelona)
–10&10 danza (Madrid)
–Gelabert-Azzopardi (Barcelona)
–Ananda Dansa (Valencia)
–Lanónima Imperial (Barcelona)
–Mudances -Angels Margarit- (Barcelona)
–Danat Dansa (Barcelona)
–Cia Vicente Saez (Valencia)
…un poco antes Cia Carmen Senra, y unas cuantas más.
¿De cuánto tiempo estoy hablando? pues la mayoría hace 10-15 años más o menos; no tanto ¿verdad?
-Una generación que marcó la danza en nuestro país y que será difícil de superar a todos los niveles.
-Una generación más contemporánea que la mayoría de nosotros (por lo menos más que yo).
Todavía recuerdo muchos de esos trabajos de cada una de esas compañías y….ufffff vaya si los recuerdo bien. Y además trabajos muy reconocidos en media Europa.
-Una generación que invirtió mucho en sus proyectos y gestionó mejor esas inversiones.
-Una generación que se acercó como nunca a Europa.
-Una generación muy unida entre ellos/as.
-Una generación que supo tratar con las instituciones (y estas con ellos/as).
-Una generación que apostó por el concepto de Compañía en su amplio sentido.
…y esto fue lo más importante y lo que marcó y marcará la diferencia con todo lo que ha venido y vendrá detrás.
¿Qué queda de todo esto?
Pues después de 20 años de Compañía y empezando el año 21, tengo que decir que… muy muy poco.
¿Dónde está la diferencia entre aquellos años y estos?
Todos/as empezaron y empezamos de cero, pero eran consciente que esto era un largo camino, un camino de fondo, y tengo que decir que ellos/as sí tenían aguante.
Que si, que si, que si, que después de ellos/as ¿es que no hemos hecho nada o qué?
Bueno, pues si…por supuesto, pero tengo que decir que no hemos sabido defender la danza y nuestra profesión como ellos/as.
No, no hemos tenido la capacidad de riesgo e inversión.
No hemos tenido la capacidad de unión y de protesta entre todos/as.
No hemos defendido nuestra «vida laboral» y pensar en lo que nos quedará cuando esto acabe.
¿Habéis mirado vuestra vida laboral o echo cálculos de lo que podría quedar?
Ya sabemos todos/as que en los últimos años las ayudas a las Cias menores de 3 años quedaron desiertas.
¿Nadie ha querido «arriesgarse», nadie tenía proyectos de empresa cultural? ¿las instituciones no han reflexionado sobre esto?
¿y cuando algunos desaparezcan/desaparezcamos…qué irá quedando?
¿y cuando algunos desaparezcan/desaparezcamos…
Sí, un tema amplio y delicado pero que está ahí.
Algunos con una vida laboral más o menos decente y años de autónomos quizás lleguemos a conseguir algo, pero seguiremos preguntando